Capitulo 11 "La despedida"

—¿Yo? ¿Enamorada de Justin? por favor Caitlin no me hagas reír— reí algo insegura

En realidad no estaba segura de mis sentimientos hacia Justin en este preciso momento pero había una que otra posibilidad que lo que haya dicho Caitlin sea cierto.

—Estas en modo de negación esa es otra etapa que se sufre cuando estas enamorada—dijo ella segura

—Claro que no—dije exaltada

Ella negó con la cabeza y seguimos hablando de otra cosa, agradecía a dios que Caitlin haya cambiado de tema me sentía bastante incomoda hablando de eso.

—Adiós _____ nos vemos mañana—me saludo ella una vez que Justin se acerco hacia mi para irnos

—Veo que estas muy bien acompañada—me susurro ella

Maldición Caitlin 

— Cállate—me sonroje violentamente. Lo había logrado estaba completamente roja ¿desde cuando me sonrojaba cuando halábamos de Justin? 

—El sonrojamiento es otra de las etapas del enamora...—

—Ya Caitlin, adiós—la interrumpí y me di la vuelta antes de que empiece devuelta con lo de el "enamoramiento"

—Sabes que tengo razón—me grito desde lejos

Menee la cabeza y fui hacia  donde estaba Justin el se había quedado hablando con una morena, me pare en seco y lo observe .Ella era alta tenia unos ojos verdes y el pelo ondulado  seguramente desde la ruptura con su novia, el no habrá perdido tiempo al igual que Luna, ya veo por que estaban juntos son tal para cual.

Cuando me aproxime más a ellos, todavía no me veían estaban tan concentrados coqueteándose mutuamente que no se habrían dado cuenta si un terremoto pasaba por ahí, ella le hizo un gesto como de "llámame" y se marcho dejando a la vista su trasero, por cierto llevaba unos shorts diminutos iguales a los de Luna ¿que acá se vestían todas como unas rameras? no quedando atrás Justin la miraba con la boca por el piso. No me sorprendía y eso era lo que me ponía furiosa.

Cuando por fin noto mi existencia Sonrió ampliamente

—¿Vamos?—pregunto el

Solo asentí no tenia ganas de hablarle, no con lo que acababa de ver.

El viaje fue tenso, Justin me hablaba de vez en cuanto pero yo solo mantenía a asentir secamente.

—¿Te sucede algo?—preguntó

—¿Por que lo dices?—fue la primera vez que hable

—No hablaste en todo el camino—se encogió de hombros

—No, no me pasa nada—miré para la ventana

—Cuando las mujeres dicen que no les pasa nada es por que les pasa algo—replico

— ¿De quien lo aprendiste? ¿de la chica numero veinte? ¿o tal vez de la treinta y cuatro?—dije de mala gana.

Había sonado celosa pero en estos momentos me daba igual

—¿Que te sucede?—repuso el algo fastidioso

—¿Que me sucede? —dije irritada

—Eso es lo que quiero saber hace más de una hora—dijo elevando su tono de voz

—Eres un idiota—puse los ojos en blanco

—¿Y ahora por qué?—pregunto incrédulo

Esa era una buena pregunta ¿por que me encontraba así de molesta? ¿serán celos? 

—Olvídalo—dije más tranquila

El me miro molesto y siguió el rumbo. Desde ese momento el tiempo se volvió más tenso de lo común .¿Que no podía haber un solo día en que no peláramos?

Cuando llegamos Jutin abrió la puerta y yo me metí primero dando zancadas fuertes  hacia arriba, no lo quería ver ni  escuchar, ni nada que tenga que ver con el. Estaba apunto de subir la escalera cuando siento que me acorralan contra la pared bruscamente

—¿Que rayos  te sucede?—grite furiosa por el golpe y el susto que me había pegado

—Quiero que me digas lo que te pasa—me miraba tratando de descifrar mis gestos

—Te dije que lo olvidaras—repuse

—Pues tienes que saber que no lo haré, hasta ayer estábamos perfectamente ¿que mierda hice para que te pongas así?—dijo nervioso pero firme a la vez

Yo solo mire para abajo , no sabia que decirle ni yo estaba segura de por que me había enojado.

—________—me  corrió la cara para que lo mirara

Trate de esquivar su mirada, pero no podía.

—________  ¿estas celosa?—preguntó mirándome dulcemente

—¿Yo? —dije nerviosa

El bajo la mirada hacia mis labios y luego subió la mirada hacia mis ojos, yo estaba muy concentrada mirando sus labios pero podía sentir su mirada clavada en mis ojos. Cada vez se iba acercando más, estábamos a centímetros de distancia

—No sabes lo mucho que me alegra—sentencio

Pero con la suerte que tenía el timbre sonó sacándonos a los dos de ese maravilloso momento.... ¿dije maravilloso?

El susurro una palabrota y se dirijo hacia la puerta, yo aun tenia la respiración colapsando podía sentir como mi corazón subía y bajaba rápidamente. Estaba tan concentrada recordando lo que  podía haber pasado si no hubiesen tocado ese timbre que no me di cuenta que me estaban llamando

—_________ te buscan—gritó Justin desde la puerta

—¿eh?—pregunté confundida .Por suerte la voz me salio normal, tenia miedo que se note mi nerviosismo

Cuando salí a la puerta me encontré con mi padre sonriendo alegremente.

Me había olvidado completamente que hoy regresaba...por fin me iría de este lugar .Quería aclarar mi mente y con Justin bajo el mismo techo, no era la mejor opción.

Me abalance a mi papa y el me estrujo fuerte quedándonos en un tierno pero doloroso abrazo.

—Me voy a quedar sin aire—reí tratando de separarme

La verdad era que lo extrañaba, nunca había pasado tantos días sin el

—Lo siento bebe, te extrañe mucho—me apretó los cachetes 

—Papa—susurre avergonzada. Justin aun seguía ahí parado, escuche una pequeña risita proviniendo de e.

—Oh lo siento adulta ¿vamos para casa?—preguntó

—Claro, espera que subo por mis cosas—entre a la casa como corre camino

Cuando ya había agarrado mi bolso baje rápido de ahí y me encontré a mi papa y Justin hablando entretenidamente.

—¡Ya estoy!—dije interrumpiendo su conversación

—Bueno cariñon, despídete que yo te espero en el automóvil—dijo señalando el auto que estaba aparcado en la calle

—De acuerdo—le dije

Y esta era la parte difícil, la despedida. En realidad no era una despedida por que todavía lo vería en la escuela pero de todas formas estaba nerviosa

—Eh...bueno.. fue muy agradable estar aquí por más tonto que seas me la pase bien—dije tartamudeando

—¿No habrá un día en el que no me insultes?—pregunto con aire ofendido

—No lo creo— lance una carcajada

—De todas formas la pase genial también, sabes que puedes venir cuando quieras— prosiguió el

—Gracias—le agradecí 

Deposite un beso en su mejilla y me di la vuelta. Si me había sonrojado por estupideces no se querrían imaginar como estaba ahora, subí a el auto y vi por la ventanilla una sonrisa radiante de parte de el.