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jueves, 29 de noviembre de 2012
Capitulo 1 "La ciudad de mis sueños"
California, Nata.
Hoy era una día común como los otros, caluroso pero común, nada interesante que hacer. Solo acostarme en la cama y dormir, nada más. No tenia televisión ya que no la encuentro entretenida ni agradable. Pienso que esa caja con colores cada vez va sacándote mas parte del cerebro y reemplazándola con cosas falsas e idiotas.
El día no estaba nada feo, pero el aburrimiento se apoderaba de mi, algo común en estos tiempos.
Mis opciones de hoy eran leer un libro o ayudar a mi padre con la limpieza de la casa, como verán mi padre Stwart Collen es un hombre de corazón puro, es es muy pulcro con todo lo que ve o toca, demasiado diría yo
Cuando mi mama estaba viva, así es murió, bueno como les decía, cuando ella estaba viva mi padre era el “amo de casa” raro ¿no? un padre al que le gusta cocinar, limpiar y de más. Sí, ese es mi padre y veo que ese era y sigue sindo su punto más fuerte, mi mama se llamaba Clarissa Lern y murió de cáncer a los treinta y cuatro años. La extraño mucho pero sé que esas cosas pasan y bueno no se puede retroceder el tiempo atrás, y sé que ella está mejor, en estos momentos su alma descansa en paz. Como verán me distraigo muy fácilmente cuando me hundo en mis nubes de pensamientos
—______ ya llegue—sonó una voz de la cocina
Esa era la voz de mi padre, la podía reconocer a kilómetros.
Fui hasta la cocina y lo saludé con un beso en la mejilla.
—¿Estas muy cansado?— le pregunte—Mira que yo me puedo encargar de la cena
—No, descuida yo la hago—dijo con ojos cansados y sonrió a medias
Se veía agotado
—Como quieras—me fui de ahí. Me llamas cualquier cosa
No me considero una de esas chicas malcriadas que molestan a sus padres con cualquier estupidez o se quejan si no les compra algo, desde que murió mi madre aprendí a valorar las cosas mucho más, era todo lo contrario, ayudaba a mi padre con todo lo que podía, aun que se demasiado orgulloso para pedirlo. Sé que desde la muerte de mi madre él no es el mismo y tiene sus recaídas. Pero lo comprendo no todos los viudos son como el.
Me fui a mi habitación y a los minutos empecé con mi lectura estaba leyendo un libro llamado “Princesa Mecánica”. Realmente es un libro muy bonito, a mí me fascinan ese tipo de cosas “obscuras” “mágicas” todo lo relacionado al tema.
Como sea ya iba por el tercer libro de esta saga, me entretenían mucho este tipo de cosas y más cuando la historia es realmente interesante.
—Cariño ya esta lista la cena, échame una mano con la mesa—la voz de mi padre me saco de mis pensamientos
—Claro –dije saliendo apurada del sillón en el que me encontraba
Coloque los cubiertos, los platos, las servilletas y los vasos.
—¿Qué cocinaste? — dije husmeando la olla
—Comida— rió levemente
Fruncí el ceño
Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer había cocinado ravioles con salsa blanca
— ¿Así que estamos graciosos hoy?—pregunte divertida
Me ignoro completamente
—¿Y a que se debe tanta felicidad? —seguí preguntando
—Cariño no quiero ser grosero pero mañana hablaremos mejor, ahora estoy muy cansado—suspiro
—Vale —le sonreí resignada-era común que me hablara así últimamente-
—Hasta mañana bebé —depósito un beso en mi cabeza
—¡Papa! —me queje—Ya no lo soy
—Lo siento, hasta mañana adulta— rió en voz baja
—Hasta mañana —esboce una sonrisa mostrando toda mi dentadura
Me molesta demasiado que me digan “luego hablamos” o “mañana te cuento” me hacen quedar con la intriga por mucho tiempo. Y me considero una persona demasiado nerviosa para que me anden diciendo ese tipo de cosas.
Hoy no dormiré para nada.
—Buen día –sonó la voz de mi padre
Sentí una luz profunda torturándome los ojos. Maldición abrió las cortinas
—¿Que hora es? —pregunte con voz adormilada
—Las seis de la mañana –dijo como si nada
¿Que? ¿Que rayos le sucedía para despertarme a estas horas? espero que sea importante.
—Mejor que tengas una buena razón para despertarme a esta hora o juro que no sales vivo de acá Stwart—le dije con frialdad
Cuando me enojo con él lo llamo “Stwart” odia que le diga así. Pero se lo merece por levantarme a estas horas sin ninguna razón
—Por dios ________ es un hermoso día, vamos arriba —me destapo de la cama
—¡No!—proteste—quiero seguir durmiendo—me volví a tapar
—Levántate, tenemos que hablar—dijo con seriedad
—¿De que tenemos que hablar? —pregunte sacando la cabeza de las sabanas
—Te lo diré si te levantas nada más—dio la vuelta y se retiro
—Cabrón—susurre por lo bajo para que no me escuchara
¿Que me querrá decir? debe de ser muy importante para levantarme a estas horas. Le conviene que sea importante.
Me levante de la cama, me senté unos segundos y mire el horizonte, eso solía hacer cuando me despertaba me sentaba y miraba hacia delante. Me ayudaba con el sueño, agarre unas toallas de mi placar, y me metí a la ducha. Me duche por unos cuarenta minuto, si suelo tardar demasiado en la ducha, es como un lugar para reflexionar bien las cosas.
Me puse unos shorts desgarrados y una musculosa negra y unas botas viejas. En lo personal me resultan más cómodas las cosas viejas que nuevas, y más lindas en ciertos puntos. Me hice una coleta alta para no agárrame calor y me eche desodorante. Estábamos en una época muy calurosa, para ser exacta verano.
Prefiero el otoño, hay muchos puntos que lo favorecen, como el de no estar muriéndose de calor o de frío, las bellas hojas que caen de los arboles empapando las veredas...
—________ ya está listo el desayuno—grito mi padre desde la cocina interrumpiendo mis pensamientos
—Enseguida voy —le conteste atándome atándome el cordón de la bota izquierda
Cuando llegué a la cocina un olor exquisito se apodero de mis fosas nasales, esto olía realmente apetitoso. Mi pansa hacia ruidos del hambre que tenia, en las mañanas el hambre que tengo es ilógico pero puedo llegarme a comer un elefante y hablo en serio.
—Waffles—sonreí con la baba por el piso
Me senté en la mesa y empecé a devorar los waffles mientras mi padre traía el café. Café con leche en realidad
—Son de canela ¿no? —pregunté con medio waffle en la boca
—Sí. Escucha _______ tenemos que hablar seriamente—habló mi padre con cierto tono de nervios
Eso no sonaba nada bien.
— ¿Si?—trague saliva
—Mira mi jefe ¿te acuerdas de Jeremy? bueno....—tartamudeo
— Me pones nerviosa cuando haces esas pausas, habla—le dije al punto máximo de nervios
—Me ofreció trabajo en Londres—espero a ver mi expresión
Estoy a segundos de desmayarme. ¿Vivir en Londres? no puedo creerlo, esto es imposible, estas cosas no me pasan a mi
—¿Es una broma? —le pregunté casi gritando de la emoción
Las piernas y los brazos no me respondían.
—¿Por que bromearía con algo así? pero antes necesito saber tu opinión ¿te agrada la idea de vivi….—
—¿Lo dices en serio? —lo interrumpí a los gritos—Por supuesto que quiero vivir en Lonres, fue mi sueño desde que tengo memoria—grite emocionada
—Bueno me alegra que te agrade la idea— sonrió
—¿Alegrarme? me convertiste en la persona más feliz del mundo—lo abrace fuertemente
Por fin saldría de California, no era un mal lugar, pero cuando hablamos de Londres, es simplemente mágico. Es tan ¡Londres! no puedo describir el sentimiento que se apodero de mi en estos momentos es decir, realmente quede sorprendida. Pensé que diría alguna tontería o no sé algo como que tiene una nueva novia
— ¿Y cuando nos vamos? ¿nos quedaremos para siempre? ¿vamos en avión? ¿dónde viviremos? ¿a qué parte de Londres iremos? —comencé a llenarlo de preguntas
—_________ por favor no me taladres la cabeza de preguntas, pregunta una por una —espeto
—Lo siento, la emoción me gana ¿cuándo nos vamos? —pregunté
—Dentro de tres días—dijo el
—Dios mío—comente asombrada
—¿Vamos en avión?—pregunte nuevamente
—No, iremos en un dragón mágico —hablo sarcásticamente
Lance una carcajada. La verdad no era nada gracioso, pero joder me iba a Londres
—Y... ¿ donde viviremos?— seguí preguntando
—Compre una casa allí —me contó con cierto tono emotivo
—¡Dime que es un chiste! —salte de emoción
Mi papa solo se atinaba a reír de mi emoción.
— ¿Y los mueble? —le pregunté
—Oh gracias a dios Jeremy me ayudo con es, la empresa que contrato llevara los muebles en un avión de carga, así que te sugiero ir haciendo las maleta—dijo
—Claro... las maletas —corrí hacia mi habitación y me tropecé en las escaleras
— ¿Estas bien? —se acerco mi padre preocupado
—S..si.. no fue nada —me levante y seguí corriendo hasta mi habitación
Cuando llegue cerré la puerta y me deslice sobre ella, en tan solo tres días me encontraría en Londres, la ciudad de mis sueños.
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