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jueves, 29 de noviembre de 2012

Capitulo 2 "Adiós California, hola Londres"




Empezar todo de nuevo en Londres ¿no seria genial?

Saque las maletas del armario, deje tres mudas de ropa sobre el escritorio y empece a guardar lo demás. Gracias a dios tomo menos tiempo de lo que pensé, no era una “compradora compulsiva de ropa” pero tenía mis cosas. 

Tenía un armario lleno de libros en mi habitación, como saben soy amante de la lectura,creo que será mejor meterlos en un bolso aparte.

Tres días después...

Pasajeros del vuelo trescientos veinticuatro su avión esta por despegar en tres minutos repito pasajeros del vuelo trescientos veinticuatro su vuelo esta por despegar en tres minutos.

—Papa es nuestro vuelo, apúrate con ese café —le grité nerviosa

Hoy era el gran día, por fin dejaría California para irme a Londres. Sentía como si un trillón de mariposas estuvieran luchando en mi estomago.

—Aguarda que aun está caliente —dijo quemándose la lengua
—Papa no hay tiempo para café ahora, cuando lleguemos podrás tomar todo el café que quieras pero ahora vamos con retraso—dije seria

—De acuerdo, tienes razón ..vamos—miro dolorosamente el café y nos marchamos de la cafetería en la que nos encontrábamos

—Gracias a dios—suspiré. Por suerte ya nos encontrábamos en las escaleras del avión

Apenas subimos al avión agarre mis auriculares, mi libro y me desconecte del universo. Odio los ruidos que hacen los aviones, además las turbulencias y esas cosas me ponen los pelos de punta. Cuando era chiquita viajaba mucho en avión, con mis padres a mi madre le gustaba descubrir y explorar varios lugares. En verdad ella escribía..era una escritora, le gustaba viajar y escribir de las cosas que aprendió en los diferentes lugares. No muy conocida que digamos pero era asombrosa con la literatura

—________ llegamos —era la voz suave de mi padre
—¿Llegamos?—dije frotándome los ojos

¿Cuánto tiempo había dormido?

—¡Llegamos!—volví a afirmar contenta

Estábamos en Londres. Ni siquiera habíamos bajado del avión y ya me encontraba emocionada. Bajamos del avión y fuimos a buscar nuestras maletas para nuestra suerte no nos fue difícil encontrar un taxi

Cuando nos subimos al él mi padre establecía una conversación con el taxista mientras yo iba mirando asombrada por la ventana, el paisaje de Londres. Era muy hermoso, nunca había venido en persona, lo había visto por fotografías y de más pero estar acá en persona, jamás. Esto era realmente sorprendente.

—Es aquí—dijo mi padre viendo la casa que se encontraba frente a nuestros ojos una vez que paro el taxi
—¿Es aquí? —abrí la boca estupefacta.

La casa era realmente linda y espaciosa, tenía un ambiente familiar muy acogedor, estaríamos perfectos aquí. Cuando entramos estaba todo limpio y ordenado, nuestros muebles ya habían llegado, la casa tenía dos pisos como la anterior pero esta era mucho más grande 

Cuando llegue a mi habitación realmente quede sorprendida, era hermosa tenia un balcón con una vista asombrosa y tenía mi propio baño, joder un baño para mi sola. Seguí mirándola por un rato y me tope con un piano en la esquina. Era el piano de mi madre, mi padre había guardado ese piano en el sótano por más de cinco años y yo me escapaba todas las noches para ir a tocarlo 

Mi madre me enseño a tocar el piano desde chica, tocar piano me alegraba los días. Cuando era pequeña y tenia pesadillas mi madre iba y me tocaba una canción de cuna con ese mismo piano

Me fui acercando cada vez más hasta que me senté en la butaca, acaricie las teclas con suavidad, inspire profundo el aire que me rodeaba y empecé a tocar una canción que me traía muchos recuerdos. Cuando me di cuenta una gota de agua salada caía sobre mi rostro, me había emocionado..esa canción me había traído recuerdos buenos y malos, pero en fin eran recuerdos de mi madre.

—Creí que ya te habías olvidado de cómo tocar—me dijo mi padre apoyado en el marco de mi habitación
—Me asustaste —dije limpiándome la lagrima que me había caído y presionando mi pecho

Yo no era de esas chicas que lloraban por todo o que se emocionaban fácilmente, soy lo contrario. Guardo todas mis emociones bien adentro y trato de que nunca salgan. Sé que algún día explotare y me tendré que desahogar con alguien pero hasta entonces guardare mi sufrimiento bien en el fondo.

—¿Cómo crees? el piano es algo que nunca podre sacar de mi mente —dije
—Eres  igual a tu madre. Por un momento pense que eras ella —dijo el

—No te me pongas cursi ahora por favor—reí
—Vale, chica ruda— hizo cara de sufrimiento y rió conmigo—Por cierto hoy vendrá a cenar Jeremy y su hijo, ya sabes como tienes que comportarteprosiguió 

— ¿Y cómo no comportarme bien con el hombre que hizo que me mude a Londres?—

—Bueno, cámbiate que estarán aquí en unas horas—se separo del marco
—¿Estas insinuando que me veo fea con esta ropa? —bromee

—_______ hablo en serio, ya —sonó serio pero pude ver un deje de sonrisa en su rostro
—¿Sabes? te saldrán canas si sigues así —lo regañe 

Suspiro y se fue de mi nueva habitación. Salí de la butaca delicadamente y sonreí, soné mis dedos y me dirigí hacia el baño, necesitaba aclarar la mente y necesitaba relajarme estaba muy tensa con el viaje y todo.

Cuando salí de la ducha agarre mi maleta y saque ropa de ahí. Más tarde me ocuparía de guardar mi ropa en el placar, mi prioridad ahora era aprontarme para la cena

Me puse un vestido negro pegado al cuerpo y mis converse blancas, nunca me habían gustado los tacones, me resultan muy incómodos para caminar y no usare algo que me resulta incomodo. Me solté el cabello que me llegaba justo por la cintura. Delinee mis parpados y me arque las pestañas, me coloque perfume y salí de la habitación

Una vez abajo vi a mi papa en la cocina sacando un pollo del horno.

—Cariño necesito que pongas la mesa —gritó mi padre desde la cocina
—Claro —le conteste— ¿Donde están los cubiertos?—pregunte dirigiendo la mirada hacia todos lados

—En el cajón izquierdo de este mueble —señalo aquel mueble en un rincón de la cocina

Una vez que había colocado la mesa, me tire en uno de los sillones de la sala y jugué nerviosamente con mi cabello. Hasta que oí el timbre

—________ abre la puerta, estaré ahí en unos minutos —dijo mi padre con voz apurada
—De acuerdo—me encogí de hombros

Me dirigí hacia la puerta y la abrí. Ahí se encontraba Jeremy con una sonrisa fría como la nieve, atrás de el se encontraba un chico castaño hablando por teléfono no llegue a visualizar su cara porque estaba de espalda pero apuesto que por el tono de su voz tenía una edad parecida a la mía.

—Tú debes ser ______, un placer conocerla señorita. Como seguro sabes soy Jeremy Bieber, el jefe de su padre — sonrió ampliamente. Ese tipo me daba escalofríos

—El placer es mio—trate sonar educada
—El es Justin, mi hijo —señalo al chico que hablaba por teléfono.

El movió la cabeza como afirmando y siguió hablando por teléfono. Ni siquiera se había tomado la molestia de darse vuelta. Idiota

El momento era muy incomodo así que les  abrí la puerta para que pasen. Justin todavía no despegaba los ojos del teléfono pareciera como una droga para el.

— Iré a buscar a mi papa, ya vuelvo  —dije algo incomoda

Salí del  living y fui en busca de mi padre que a los segundos entro con una expresión de alegría, estaba fingiendo obviamente. El realmente estaba muy agotado por todo, no había podido descansado nada desde que habíamos llegado

—Señor Bieber—lo saludo mi padre con un gesto solido 
—Jeremy—le dio una palmada en su hombro y le dedico una sonrisa de cómplice

—Oh que tal Justin no te había visto —saludo al castaño

El joven le hizo un gesto y siguió con lo suyo

¿Que no veía lo estúpido que quedaba?

A los minutos no sentamos en la mesa para cenar. Mi padre y Jeremy hablaban entretenidamente de negocios y Justin seguía con su teléfono, como estuvo toda la maldita noche ...con su teléfono.

—¿Planeas casarte con el celular? —le pregunté a Justin con irritación. Me estaba aburriendo demasiado

El levanto la cabeza por primera vez en toda la noche y vi esos perfectos ojos mieles. Una mirada de diversión y picardia paso por ellos. Me sonrió, guardo el teléfono y continuo mirándome fijamente.

—Si sacas una foto te durara más —comente furiosa
—¿Por qué tanta agresividad? —preguntó ofendido y divertido a la vez

—¿Hablas? juraba que eras mudo—puse los ojos en blanco

El enarco una ceja y habló con un tono frió

— ________  ¿no es así? —preguntó
—La misma en persona, ahora si me disculpas me retiro—me levanté de la mesa.

No sabia que me pasaba, lo conocía hace posiblemente una hora y ya sentía un repentino odio hacia el. Por suerte mi padre  y Jeremy no me escucharon estaban tan concentrados en lo que hablaban que ni notaron que yo me había levantado.

—Provecho—sonreí con frialdad

Cuando se trata de chicos mimados y ególatras me convierto en otra persona, en una muy fría y odiosa y para ser sincera Justin ya había comenzado con el pie equivocado.

Me dirigí a la cocina y me serví un vaso de agua. Ahora mas que nada quería irme a mi habitación, pero no dejaría a mi padre solo en esto.

—Lindas converse y me atraen más las difíciles, solo para que lo sepas—susurro una voz cerca de mi oído. 

Una voz que logro ponerme los pelos de punta. Y fue tanto el susto que se me resbalo el vaso y callo al piso haciéndose añicos.

—¡Maldición! ¿que no sabes tocar la puerta o pronunciar la palabra "permiso"?— solté furiosa
—¿Nerviosa? —espeto con una sonrisa perspicaz 

—Idiota—murmure. Junte el resto del vaso que quedaba en el suelo y lo tire al bote de basura
—¿Sabes algo? —tomo mi rostro con sus manos

Lo mire fijo por unos segundos, hasta que menee la cabeza para volver a la tierra.

— Escúchame, conozco muy bien a los de tu tipo Bieber... egocéntricos, ricos, mimados, estúpido. Se creen el centro del mundo y que todas las perras están rendidas por él— escupí

— Pues escúchame fuerte y claro, yo no soy como ellas — continué
—¿Eso es lo que piensas de mi?—preguntó el sorprendido pero aun con esa chispa de diversión en sus ojos

Solo asentí mirando para otro lado

El rió fuerte pero frívolo a la vez

—Me caes bien, ángel—me sonrió
— Púdrete y no me llames ángel—le dije con desprecio y me salí de la cocina

Solo llegue a escuchar una risita. Estúpido..cabrón

A la hora Jeremy y Justin se fueron. Para ser honesta, no me había agrado para nada pero como sea, no pensaría en ese idiota. Nadie iba a quitarme la felicidad

—¡Estoy en Londres! —susurre animada

Me levante de la cama ya que lo único que hacia era mirar el techo y entre a mi baño .Llene la bañera con agua tibia ya que me había agarrado algo de frió. Aquí aun era invierno pero debo decir que era el invierno más hermoso que había visto

Me introducí en la bañera y sentí como se me aflojaban los hombros, esto si que era agradable. Empece a tararear una canción de los beatles...si había una banda que me gustaba con locura eran ellos

Ya había estado por más de cuarenta minutos en la tina, así que decidí salir .Me envolví en la toalla y me coloque el pijama que me había preparado antes de meterme a la ducha, me hice una especie de coleta  y me cepille los dientes, salí del baño y caí rendida en la cama.

Dos semanas después...

—Papa me voy—grité desde la puerta terminando de comer la manzana que había agarrado como "desayuno" 

Estaba corta de tiempo y no querría llegar tarde a mi primer día de escuela.

— Pásala bien—se despidió el
—Tratare —cerré la puerta  y me dirigí hacia donde seria "mi nueva escuela "

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